martes, 13 de julio de 2010

El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente

Se conoce como dictum de Acton a una célebre frase acuñada por el historiador católico británico John Emerich Edward Dalkberg Acton, más conocido como Lord Acton en 1887. En su redacción original decía:
Power tends to corrupt, and absolute power corrupts absolutely.

La frase ha sido traducida de diversas formas:
El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente.

O, más literalmente:
El poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente.

El poder político, militar y eclesiástico nunca dejó de ser un poder económico. Desde el Neolítico hasta la revolución industrial se ha controlado a la población mediante el control de la tierra. Desde la revolución industrial el poder se ha ido transfiriendo a los amos del dinero.

En el momento actual, las democracias representativas están siendo dirigidas por los directivos de los grandes bancos, de las trasnacionales y por los gestores de los fondos de inversión.

Se puede revertir esta situación si tomamos conciencia de que nuestros actos diarios contribuyen a ello. Un rey sin vasallos no es rey ni es nada. La respuesta es el boicot.

Hay que sacar el dinero de nuestras cuentas corrientes de los grandes bancos y llevarlos a los pequeños, o si estos no existen, crear cooperativas de crédito. Lo mismo con las hipotecas.

Hay que dejar de comprar en los centros comerciales y en las cadenas de franquicias. Se debe apoyar a los pequeños comerciantes comprándoles a ellos. Deben volver los artesanos. Hay que mirar la procedencia de lo que compramos. Si se compra lo que produce el vecino se le está permitiendo que pueda seguir trabajando.

Se debe asistir a los plenos de los Ayuntamientos y crear listas electores alejadas de los grandes partidos. Se debe perseguir los presupuestos participativos en el ámbito local.

Los especuladores, los defraudadores de impuestos, los corruptos deben ser vistos como apestados, deben ser vilipendiados públicamente, sin llegar a quemarlos en la hoguera como en la Inquisición, pero no pueden ser admirados, ni envidiados, ya que las víctimas de sus delitos somos todos. Son peores que los terroristas o que los maltratadores de mujeres.

La justicia no puede ser un coto de jueces, fiscales y abogados. Hay generalizar al jurado popular.

En resumen hay que disgregar el poder, repartirlo entre todos, exigir que las cuentas públicas sean públicas y sobre todo eliminar la profesión de político. Todos en algún momento de nuestra vida debemos participar y colaborar en la "res" pública, no puede ser el coto privado de una casta de privilegiados.

viernes, 9 de julio de 2010

La demogracia en venta

Para salir de la anterior crisis, la de los 90, el último gobierno Felipe González, con Pedro Solbes de ministro de economía, comenzó a vender las joyas de la corona: Telefónica, Repsol, Endesa, Argentaria (ahora integrada en el BBVA), etc. Culminó tamaña obra, el mejor presidente de la historia del mundo mundial, el que nos sacó de la miserable España del paro, despilfarro y corrupción y nos llevó a todos a las más altas cotas de riqueza, en el que la especulación inmobiliaria no sólo era buena, sino deseable y necesaria, Ansar I, de todas las Españas. Terminó de vender todas las empresas públicas de deban beneficios a las arcas del Estado.

Ahora, Zapatero, que no hizo nada para frenar la especulación, van a vender el resto: cajas de ahorro, pensiones, sanidad y educación. Todo está en venta.

¿Cómo va a ser posible la democracia si el gobierno se va a quedar sin herramientas para poder dictar la política económica?

En las próximas elecciones va a dar igual votar al PP o al PSOE, ambos están al servicio de los intereses de la banca. Les importa una mierda los ciudadanos. De hecho ya nos han vendido a todos.

¡¡Banca pública ya!!