jueves, 17 de noviembre de 2011

¿Qué vale un voto?

Acababa de perder su trabajo. Después de llevar 6 meses sin un solo cliente se había rendido y había bajado la persiana definitivamente.

Mientras paseaba de camino a su casa iba fijándose en los carteles electorales con las fotos de los candidatos, que parecían estatuas de cera, ni una arruga, ni un lunar, cada pelo en su sitio. -¡Las maravillas del "Photoshop"!- exclamó para sus adentros.



No sabía si fue el azar y su subconsciente, pero ahí delante estaba la sede del partido. Decidió entrar.

- Buenos días.

- Buenos días, ¿qué desea?

- Venía a vender mi voto, ¿cuánto me ofrecen?

- ¿Cómo? Creo que se confunde. Aquí no compramos votos. ¡Esto no es una república bananera! Este es un país serio. El voto se da libre y gratuitamente.

- Ya, pero yo no pensaba ir a votar, porque gane quién gane lo único que van a tener que hacer es seguir las instrucciones de Europa. Necesito un incentivo. Además si ganan ustedes se aseguran un puesto de trabajo como político bien remunerado y seguro durante al menos cuatro años. Mi voto tiene que valer algo.

- Lo siento señor. Pero imagine por un momento que le compraramos su voto, ¿qué garantía tenemos de que usted no va a ir con el mismo cuento a los otros partidos y también les va a ofrecer su voto a cambio de dinero?

- Tienen mi palabra.

- Ya, pero no le conozco y no sé si una persona que vende su voto al mejor postor es de fiar o no. Necesitaríamos garantías antes de realizar la transacción.

- Si me pagan tendrán las mismas garantías que tengo yo de que ustedes van a cumplir con su programa electoral.

jueves, 6 de octubre de 2011

Desconcierto

¿Se preguntan qué se puede hacer para solucionar la crisis? ¿Entienden las causas de la crisis?


Como para resolver cualquier problema primero hay que comprender qué lo ha causado. Según la mayoría de mis conciudadanos la culpa es del señor presidente del Gobierno de España, don José Luis Rodríguez Zapatero. Así lo van a votar en la próximas Elecciones Generales al Congreso y al Senado.


Bien. Si así fuera, ¿por qué el cambio de gobierno en Portugal, o en Grecia, o en Reino Unido no ha solucionado la crisis?


Nos han enseñado a buscar culpables de todo lo malo que nos pasa. ¡La culpa es tuya! ¡No, tuya! Nos gritábamos de niños. La realidad es que la busqueda de culpables no soluciona los problemas. Puede que tranquilicen nuestra conciencia, pero no creo que en esta situacion sea suficiente.


Cambiará el Gobierno. Se seguirá recortando gastos. Le echaran la culpa a los anteriores gobernantes. Prometerán un futuro mejor, pero después de los sacrificios. Ese futuro no llegará. Volverá a cambiar el gobierno. Mientras los de siempre serán más ricos y la mayoría seremos más pobres. Los niños crecerán, mirarán a sus padres y les preguntarán, ¿qué habéis hecho con mi mundo?


La causa es sólo una y mientras no lo entendamos no podremos arbitrar verdaderas soluciones: el crecimiento exponencial en un mundo finito.

http://www.youtube.com/watch?v=d66CpooNEH8&list=WLA2C6BDA02E0131CF&index=3

Un mensaje optimista: a pesar de la crisis, seguiremos compartiendo tiempo con los amigos, enamorándonos, teniendo hijos, viéndolos crecer, trataremos, en definitiva, de seguir siendo felices. No olviden que la felicidad está en el camino y no en la meta.




lunes, 29 de agosto de 2011

El no crecimiento

Hay algo que no nos cuentan en relación a la prohibición de endeudarse por parte de las administraciones públicas introducida en la Constitución: el crecimiento no va a volver.

Hasta la presente crisis el PIB mundial ha crecido de modo exponencial, de ahí que los Estados, las empresas y los ciudadanos pudiéramos endeudarnos, ¿de qué modo sino se iban a poder pagar los intereses? Pero la actual crisis va más allá de una crisis financiera, es una crisis de disponibilidad de recursos. El planeta ya no dispone de recursos naturales suficientes para seguir crecimiendo exponencialmente.

Sé que lo que he escrito es incomprensible para la mayoría, porque requiere una explicación mucho más amplia, la cual no me considero preparado para dar, de ahí que les recomiende la siguiente página: El Crash Course.

Es un poco largo, así que les aconsejo que lo vayan viendo poco a poco y si no entienden totalmente alguna de los capítulos vuelvanlo a ver de nuevo. Es importante saber lo que realmente está sucediendo y que alternativas reales existen para sobrevivir a la crisis.

miércoles, 27 de julio de 2011

Mafia

Dice la wikipedia: mafia, es un término utilizado a nivel mundial que se refiere a una clase especial de crimen organizado, extendido desde su origen en Italia meridional a cualquier grupo del crimen organizado con similares características independientemente de su origen o lugar de acción.

El Diccionario de la lengua española define mafia como cualquier organización clandestina de criminales.

Ustedes se preguntarán a que viene este repentino interés de este humilde escribiente por la mafia. Como siempre suele ocurrir en estos casos, el cerebro hace extrañas similitudes entre realidad y ficción. He empezado a ver la serie The wire, la cual recomiendo a todos aquellos que les gusten las buenas historias, y no he podido resistirme a hacer una comparación entre estas organizaciones criminales y los mercados financieros actuales.

Al frente de la mafia siempre hay tipos sin escrúpulos secundados por matones. Su único objetivo es ganar mucho dinero sin importar la vida de los demás, ni mucho menos la moral.

La mafia extiende sus tentáculos hasta la política, la policía y la justicia. Compra las voluntades de quién sea necesario para conseguir sus objetivos, sin importar si es con dinero o mediante la amenaza a la vida del sujeto o la de sus familiares.

Cuándo se corta la cabeza de una red mafiosa, pueden ocurrir dos cosas, una que otro ocupe su lugar, o como cuál hidra mitológica, la organización se disgregue en mil cabezas. Sin que jamás pueda ser vencida.

Prestan dinero con intereses de usura y si no puedes devolverlo te parten las piernas si es necesario.

Ahora piensen en Grecia, o en Portugal, o en Irlanda, o en la mismísima España, en la mal llamada Unión Europea, en el Banco Central, en Walt Street, en las agencias de calificación.

Les dejo con sus pensamientos.

jueves, 14 de julio de 2011

Se vende

Lo primero es advertir que lo que a continuacion van a leer es una exageración con fines únicamente irónicos. Que nadie se lo tome en serio.

Los liberales dicen que la culpa de la crisis es del Gobierno que interfiere demasiado con el libre mercado y que gasta mucho. He aquí mi propuesta: despedir a todos los funcionarios y privatizarlo todo.

Si no hay gobierno no es necesario pagar impuestos. Así los beneficios de las empresas españolas no irían al despilfarro que supone la sanidad pública, la educación (¿para qué la necesitamos si ya está la tele para enseñar?), la policía (que sólo se dedica a ponernos multas de tráfico y a conspirar contra la gente de bien, como Camps), el ejercito, las carreteras, los subsidios de desempleo (que sólo engordan a vagos y maleantes, todo el mundo lo sabe), etc.

Se podría privatizar el parlamento, los juzgados, los tribunales de cuentas, etc. Eso de que la gente tenga derechos y vaya a votar cada 4 años es un atraso. Lo moderno es que los directivos de los bancos y las trasnacionales dicten las leyes. Bueno, quizá me he pasado un poco, no hacen falta tampoco leyes. Basta con un par de ellas: el más fuerte siempre tiene la razón y la del embudo (lo ancho para mí y lo estrecho para ti).

Tampoco hace falta ejército, ni policía. ¿Qué servicio da un ejército si nadie está en guerra con tu pais? Se despide a todos y se les indemniza con las mismas armas que portan, de ese modo se podrán ganar la vida como mercenarios de las trasnacionales. Es más lucrativo.

¿Sanidad? Para quién pueda pagársela. Los pobres que vuelvan a sus remedios caseros y a los hechizos, y que dejen de colapsar las urgencias de los hospitales. Además, ¿para qué quieren vivir tanto? Con un poco de suerte aumenta la tasa de mortalidad y así los que quedemos tocamos a más.

¿Pensiones? De eso ni hablar. Hay que morirse trabajando, sino mira el ejemplo Don Paco (el Caudillo, para los despistados), que hasta el último día estuvo firmando sentencias de muerte de rojos y masones, como era su obligación.

Hay ejemplos de paises sin gobierno que funcionan de maravilla, ¿no me creen? Dense una vuelta por Somalia y Afganistán y me cuentan.

Otro día más.


viernes, 1 de julio de 2011

Presente y futuro

El otro día estuve viendo un documental de antropología en la 2 de TVE. Sí, sí, de esos en los que salen indígenas medio desnudos cazando bichos en la sabana. El caso es que una de las afirmaciones que hizo el narrador me hizó reflexionar acerca de nuestra vida, la de los que sólo vamos medio desnudos cuando nos achicharramos en la playa.

Yendo al grano, esa sociedad de agricultores y ganaderos no tienen concepto de tiempo, no piensan en el futuro más allá de la próxima siembra, la temporada de lluvias o la cosecha. Para ellos sólo existe el presente y el tiempo es cíclico.

Ese pensamiento de que sólo existe el presente, es también conocido por nosotros, se le ha denominado "carpe diem" o vive el momento. Los psicólogos modernos lo recomiendan para ser feliz. Pensar en el incierto futuro nos ocupa la mente y nos crea desasosiego, y por tanto, nos hace infelices. Pero en mundo superpoblado y sobreexplotado como el actual, ese tipo de comportamientos ya no son válidos. No debemos comportarnos como si no existiera el mañana. Debemos evolucionar. Debemos ser conscientes de que nuestras acciones actuales tienen consecuencias sobre nuestro futuro y sobre el de nuestros descendientes. Ya no somos bandas errantes que cuando agotan los recursos de un lugar pueden levantar el campamento e instalarse cómodamente en otro lugar. Ese tiempo ya pasó.



jueves, 9 de junio de 2011

Un poco de historia

Las Revoluciones Francesa y Americana acabaron con el Antiguo Régimen. Para aquellos que no recuerden sus clases de Historia en el instituto les voy a recordar brevemente (tampoco mis conocimientos acerca de aquella época son muy extensos) qué era eso del Antiguo Régimen.

Me contaron mis maestros que desde la época feudal las sociedades europeas se dividían en tres estamentos: la nobleza, el clero y el pueblo. Los dos primeros estamentos no pagaban impuestos y el tercero los pagaba, pero para mantener el tren de vida de los primeros (¿les suena?).

Por aquella época, el sistema económico de moda era el mercatilismo, que fue el gérmen del actual sistema capitalista, y alumbró un nuevo grupo de población compuesto fundamentalmente por mercaderes y artesanos, que vivían en las ciudades. Hartos de pagar las facturas de sus reyes sin recibir nada a cambio, en Francia le cortaron la cabeza al rey y en las colonias americanas de Inglaterra, dejaron de pagar y le dieron una soberana paliza al ejercito de su Graciosa Majestad. Quitados de enmedio estos parásitos fueron libres de seguir enriqueciéndose y además tubieron acceso al dictado de las leyes. Pero esta ya es otra historia.

Actualmente estamos asistiendo a una nueva división de la sociedad en Estamentos, quizá menos rígidos (en el Antiguo Régimen sólo se podía ser noble si se era hijo de uno de ellos) y no tan expuestos a la vista de las masas (nadie conoce a los que manejan los fondos de inversión), pero igual de injusta. Los ricos han dejado de pagar impuestos y el resto de la sociedad paga sus crisis.

Moraleja: que cada cuál elija la suya, a mí me gusta esta: si es usted millonario no se compre sombreros.

jueves, 26 de mayo de 2011

La muerte a pellizcos

Se aproxima una nueva reforma laboral, ahora cambiando las reglas de los convenios colectivos, pero ¿no aprobaron una el año pasado? ¡Ah! Claro, no ha servido para nada. El desempleo ha seguido creciendo, así que hay que aprobar otra.

Para quién no lo sepa un convenio colectivo es un acuerdo entre los empresarios y los sindicados que marcan los horarios laborales, los sueldos, las vacaciones y otros derechos laborales. Existen acuerdos para sectores enteros, como la construcción, el comercio, la hostelería, etc. que todas las empresas están obligadas a cumplir. Pues bien, lo que se va a aprobar es la no existencia de convenios colectivos. A partir de la reforma las empresas en crisis se podrán descolgar del convenio. Parece una buena idea, ¿o no? ¿Saben que Telefónica ha tenido beneficios y se va a librar de 8.000 trabajadores?

El siguiente paso será la inexistencia de convenios. Cada trabajador pactara sus condiciones laborales con su jefe. Tampoco parece mala idea, ¿no? Si eres empresario es fantástico. Siempre podrás decir: esto es lo que hay y si no, ahí hay 40 como tú esperando. ¿Les suena?

Poco a poco van minando las bases de la existencia de los sindicados, haciéndolos innesarios y hasta ellos mismos están contribuyendo a ello, prestándose a esta pantomima, en lugar de acampar en Sol con el movimiento 15-M. Han cambiado las reglas de juego y aún no se han enterado.

Poco a poco vamos asumiendo sacrificios, temporales dicen ellos, pero nadie le ve el fin. Es una muerte a pellizcos. A este paso se llegará al grito de los obreros del siglo XIX, ¡yo, por menos!

El objetivo, dicen, es hacer más competitiva la economía española, para poder exportar más y así volver al crecimiento económico y pagar las deudas contraidas en las últimas décadas, pero es lo que están haciendo todos los paises. ¿Quién va a comprar lo que produzcamos si en ninguna parte nadie va ganar lo suficiente para comprar? Es una espiral hacia abajo. Estamos cavando cada vez más profundo. Además, aunque vuelva el crecimiento, ¿cómo se van a distribuir las ganancias? ¿cómo hasta ahora? En los últimos 30 años, las rentas del trabajo no han hecho nada más que caer. En la última década se ha crecido a base de crédito barato y ya no se puede volver a eso, porque la deuda global es de tal magnitud, que ni en 100 años se va a ser capaz de devolverla. Se necesita más gobierno, no menos. Se necesita recaudar de los ricos, no de los pobres. La única salida que están dejando es la de la viñeta de El Roto: "Nos dijeron que nos fueramos a la puta calle, y eso es lo que hemos hecho."



miércoles, 18 de mayo de 2011

El fin de la clase media

Estamos asistiendo en prima fila al fin de una época y las manifestaciones de los últimos días llevadas a cabo, fundamentalmente, por jóvenes, son una buena muestra de ello.

Algunos "periolistos" los han calificado de antisistemas, en la misma línea que los okupas, o los ecologistas radicales, pero si indagamos un poco, nos daremos cuenta de que, quizá algunos si lo sean, pero la mayoria son estudiantes, desempleados con estudios superiores, trabajadores precarios, que enlazan unos trabajos temporales mal remunerados con otros igual de malos; en definitiva, son los hijos de la clase media, que ven ante sus ojos como sus ilusiones de un trabajo para toda la vida como el de sus padres, un piso, un coche o las vacaciones en el Caribe no van a estar a su alcance. De golpe, el sueño de la clase media desaparece y se convierte en una pesadilla. No existe un futuro mejor, sólo un presente de frustración y fracaso.

Las manifestaciones son una pataleta de niños malcriados a los que sus padres ya no les dan la paga, pero tienen razón. Les han robado el futuro. Nos han robado el futuro.

Durante la guerra fría, como método de defensa frente al comunismo de la URSS y sus estados satélites, Europa Occidental fundó el Estado del Bienestar, que hace creer a todo el mundo que son de clase media, que ya no son obreros. Con la caída del muro de Berlín esta necesidad desaparece, y las políticas neoliberales de Thatcher y Reagan se imponen en todo el mundo. Poco a poco, la clase media se va deshaciendo por su base y reaparecen los obreros. Sí los obreros, aquellos de los que había hablado Marx en el siglo XIX, pero ellos aún no lo quieren aceptar.

Durante medio siglo, los que anteriormente habían sido obreros, pasaron a ser clase media, a disfrutar de algunos de los lujos de los que disfrutaban los amos del capital y sus hijos, y ahora sus nietos y bisnietos hemos perdido nuestra conciencia de clase. Ya no había que luchar por los derechos laborales, por reducir las extenuantes jornadas laborales, ni por mejorar los salarios. El Estado lo hacía todo. Esos tiempos se han acabado. El sueño de la clase media ya no existe.

Aunque aún hay muchos que prefieren seguir dormidos, votando al PP, pensando que con ellos va a volver el crédito barato y la vida a ser como hace un lustro, pero es un error, un grave error que nos puede costar más de lo podamos llegar a imaginar. Las políticas neoliberales es lo que nos ha llevado a la crisis, la bajada de impuestos a los ricos, la individualización de la sociedad, el creernos mejores y más listos que los demás, el egoismo, el no pensar en el medio y largo plazo. El PP trae más de lo mismo, recortes y más recortes, con la promesa de que serán temporales, pero es mentira. Lo que se pierda ahora costará décadas recuperar.

La clase obrera tiene que despertar, volver a unirse y a luchar por lo que legítimamente le pertenece, por su felicidad y por el fin del neoliberalismo, que no deja de ser el mismo capitalismo salvaje del siglo XIX. El neoliberalismo sólo permite la acumulación capistalista en manos de unos pocos, es egoista, avaricioso y dañino para el conjunto de la especie humana. Debe ser erradicado. Hay que recuperar la cociencia de clase y pelear.



lunes, 9 de mayo de 2011

Elecciones municipales

Los humanos tendemos a generalizar, o como dice la sabiduria popular, a hacer que paguen justos por pecadores.

Se preguntarán a cuento de qué viene esto. En los últimos tiempos los ciudadanos hemos empezado a opinar en las encuestas que los políticos son un problema y se les está calificando de vulgares ladrones.

Les voy a hablar de mi pueblo, que cómo imaginarán, por el título de este blog, no es muy grande y está situado en una comarca no demasiado bien conocida.

Tiene menos de 1.500 habitantes censados, pero sospecho que los vecinos que viven allí son algunos menos, ya que somos unos cuantos los que aparecemos en el padrón, pero por motivos de trabajo no vivimos allí, aunque aún tenemos a parte de nuestra familia en el pueblo y lo visitamos con asiduidad.

En mi pueblo, tradicionalmente dedicado a la uva de Ohanes, de la que llegó a ser el tercer productor de la provincia, el alcalde y los concejales, jamás han cobrado por su servicio público a los vecinos, no ha existido especulación inmobiliaria, ni grandes ingresos por recalificaciones urbanísticas, ni por licencias, así que tampoco han tenido ocasión de meter la mano en la caja. La crisis durá ya desde la década de los 70. No se sustituyó esta actividad agrícola exportadora y el pueblo ha ido laguideciendo, perdiendo poco a poco a los más jovenes.

Los vecinos no siempre somos conscientes de lo que tiene que llorar un alcalde ante las Administraciones provinciales, autonómicas y nacionales para conseguir un polideportivo, una piscina o un ambulario para su pueblo, ni los escasos ingresos con los que cuenta un municipio pequeño, ni lo que cuesta el alumbrado público o la orquesta para las fiestas, o los sueldos del policía local, los administrativos del Ayuntamiento o el parcheo de una calle. Tendemos a la ingratitud hacia estas personas dedicadas a su pueblo e ignoramos que estas cosas no se hacen solas, requieren el esfuerzo de alguien. De alguien que se ocupe de la "res" pública.

Vaya desde aquí mi agradecimiento más sincero y mi admiración para todas estas personas que han dedicado y dedican su tiempo al servicio de sus vecinos.

Por supuesto, también hay deshonrosas excepciones. El actual alcalde, del PP, que se presenta a la reelección, sí tiene un sueldo de su partido, y le han prometido una plaza con Diputado autonómico si vuelve a ganar. Se le debe haber quedado pequeño el pueblo y necesita retos de mayor enjundia que servir a sus vecinos. Desde luego que no cuente con mi voto.


sábado, 7 de mayo de 2011

¿El fin justifica los medios?

Desde tiempo inmemorial se viene discutiendo si todo vale para obtener un fin, y en la última semana hemos tenido dos claros ejemplos: uno en Pakistán, la muerte de Bin Laden, y otro en España, la sentencia del Tribunal Supremo que impedía la participación de las listas de Bildu a las elecciones municipales.

Hemos visto en cientos de películas de Hollywood como los buenos acaban con los malos a cualquier precio, sin contemplaciones, sin misericordía, sin posibilidad de perdón, porque los malos son requetemalos y se lo merecen, además de que el concepto hollywoodiense de la justicia se corresponde sospechosamente con la venganza. Pero, ¡ay! crédulo de mí, pensaba que eso sólo era en las películas, que era ficción, una exageración de la realidad, que a los "malos" se les detiene y se les juzga, hasta que ocurrió lo del 11-S. Desde entonces es lícito que te traten como un delincuente en los aeropuertos, que te espíen la correspondencia, las llamadas telefónicas y vaya usted a saber que más. Eso sí, todo por nuestro bien. Si eres bueno y no tienes nada que ocultar no tienes porque preocuparte, ahora si eres un siniestro terrorista, tiembla, porque llegará un comando de asalto a tu casa y te pegará un tiro. No puedo por menos que sentir miedo, ¿quién nos asegura que, por error, o intencionamente, no estemos en la lista negra del Pentágono? Pregunten a sus mayores lo que ocurrió en España tras la Guerra Civil, cuántos fueron tachados de rojos simplemente por rencillas personales y cuántos tuvieron que marcharse sólo por sus ideas.

Y lo de Bildu, es tres cuartas de los mismo. Se les pide a los abertzales que renuncien al uso de la violencia para obtener sus legítimos objetivos políticos de independencia, que condenen los atentados de la banda criminal de ETA y que sus estatutos cumplan con la ley de Partidos. Lo hacen, pero no les creemos, y no se les deja participar en las elecciones. En cambio si nos creemos que los políticos del PPSOE nos van a sacar de la crisis. Demencial. Menos mal que al menos el Tribunal Constitucional ha puesto un poco de cordura y les ha enmendado la plana, que eso de la presunción de culpabilidad no lo recoge la Constitución y que va contra los supuestos ideales democráticos que dicen defender estos del PPSOE.

Vivir para ver y ver para creer.



martes, 19 de abril de 2011

Acudan a votar

Esta entrada va dirigida a todos aquellos que se consideran a si mismos apolíticos y que no votan. Perdonen mi atrevimiento, pero no existe la apolítica. El hecho de no elegir, ya es una elección.

Acudan a las urnas, aunque no se sientan representados por ningún partido político o piensen que todos los políticos son iguales. Existe el voto en blanco.

Es muy importante participar. Ahora más que nunca. Ahora que se están tomando tantas medidas en contra de la mayoría para privilegiar a la minoría de siempre. No pueden pensar que nos da igual.