viernes, 3 de febrero de 2012

Hay vida antes de la muerte

Parece una perogrullada, pero a veces se nos olvida que hay vida antes de la muerte y que, a pesar de la crisis, deberíamos intentar ser felices.

Eduardo Punset, en uno de sus últimos libros, que estoy leyendo, "Excusas para no pensar", da un decálogo. Yo no lo voy a repetir aquí, pero si voy a dar mi particular visión de lo que a mi me hace feliz.

No hay que ser feliz todo el tiempo. Es un estado pasajero, pero hay que aprovechar los momentos en los que somos felices y rememorarlos siempre que podamos.

Es muy importante no tener miedo todo el tiempo. El miedo nos estresa y nos paraliza. Ocupa nuestra mente y nos aleja de la felicidad. Si la causa es algo real, como puede ser un tigre o una serpiente venenosa, es lógico tener miedo, pone al cuerpo en alerta y nos permite huir o subirnos a un árbol rápidamente, pero si es imaginario, como no sé si voy a perder mi trabajo o si me van a atracar al volver la esquina, no tiene sentido preocuparse por ello.

Pasa todo el tiempo que puedas con tus seres queridos y amigos. Hay estudios que revelan que la soledad acorta la vida.

Presta atención a los pequeños detalles, los almendros el flor en febrero, una puesta de sol o la sonrisa de un niño pequeño.

No te preocupes de los problemas. Como dice el proverbio, si el problema tiene solución, ¿para qué te preocupas? y si no lo tiene, ¿por qué te preocupa? De los problemas hay que ocuparse si tienen solución y olvidarse de ellos, si no la tienen.

Haz algo que te apasione, aunque sea trabajo y no te apoltrones delante de la caja tonta.

Y sobretodo, recuerda el encabezado: HAY VIDA ANTES DE LA MUERTE.