viernes, 4 de junio de 2010

Crecer

Vuelvo a la idea del crecimiento. Pensarán ustedes, con razón, que obsesión la de este tipo con el crecimiento. Y tienen razón, pero no es sólo mía, si no me creen, escuchen al gobierno, a la oposición, a los sindicatos, a los empresarios y a todos esos comentarista tan listos que salen por la tele. Todos hablan y escriben de lo mismo. Tenemos que crecer para salir de la crisis.

Paremos un poco a reflexionar, ¿de dónde sale todo lo que me rodea? El teclado, por ejemplo. Parece de plástico, las teclas suenan como si hubiera un metal debajo, ¿tiene alguna placa de silicio debajo? Funciona con electricidad. Lo traje de la tienda con mi coche. A la tienda, seguro que llegó en un camión. Si viene de China (hoy día todo viene de China), habrá llegado en barco. Allí habran utilizado máquinas para su fabricación y algún chino lo habrá montado. Si nos remontamos un poco más, el coche, el camión, el barco, las máquinas de fabricación, también hubo que fabricarlos. Un coche, aparentemente, tiene más piezas que mi teclado. ¿Y las materias primas? Petroleo para el plástico, minerales diversos, energía para realizar todo el proceso, ... ¡Uf! ¡Qué complicado!
Bueno pués casi todo lo que nos rodea depende de una cadena de producción sumamente compleja, en la que está implicados muchos recursos y personas.

No sé si ven a dónde quiero llegar. Crecer significa más de todo, más trabajo, más personas, más recursos naturales, más energía, más espacio, ¿o tendrán razón los neo-liberales y se pueden vivir del dinero? Hasta el momento, el dinero no es más que un medio de intercambio. Yo cambio mi dinero por cosas o por servicios.

A mí me gusta ver el sistema económico como una caja negra, que no se cómo es por dentro, pero que tiene unas entradas claras: materias primas procedentes de la naturaleza, energía y nuestro trabajo; y unas salidas claras: objetos de consumo (las casas y los coches también lo son) y servicios (abogados, médicos, maestros, música, cine, ...). Por favor, que alguién me demuestre que estoy equivocado, porque lo que viene ahora es desolador.

Vivimos en un mundo finito, con recursos naturales limitados, con fuentes energéticas limitadas, y con personas, que tienen el defecto de querer comer cada día. ¿No ven el problema? Llegará un día en el que será imposible seguir creciendo, ¿y quién pagará entonces la deuda? Ojalá me equivoque, pero creo que hemos llegado a ese punto. El planeta se nos ha quedado pequeño para nuestras necesidades crecientes.

Continuará ...

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