viernes, 21 de septiembre de 2012

La normalidad

Una tarde noche de la semana pasada me crucé con un señor bien vestido, de mediada edad, que arrastraba el armazón metálico de un carro de la compra y la mitad de un palo de escoba. Se dirigía hacia unos contenedores de basura. Cuando hace cuatro años empezó la crisis me sorprendía ver como cada noche un mismo grupo de orondas mujeres vestidas con pijamas de felpa y batas aguardaban a la puerta del supermercado que hay bajo mi oficina a que sacaran los productos caducados. Lo que me sorprendió la otra tarde fue que la imagen de este señor ya ha pasado a formar parte de la normalidad y que ya no suscita la curiosidad.


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