miércoles, 18 de mayo de 2011

El fin de la clase media

Estamos asistiendo en prima fila al fin de una época y las manifestaciones de los últimos días llevadas a cabo, fundamentalmente, por jóvenes, son una buena muestra de ello.

Algunos "periolistos" los han calificado de antisistemas, en la misma línea que los okupas, o los ecologistas radicales, pero si indagamos un poco, nos daremos cuenta de que, quizá algunos si lo sean, pero la mayoria son estudiantes, desempleados con estudios superiores, trabajadores precarios, que enlazan unos trabajos temporales mal remunerados con otros igual de malos; en definitiva, son los hijos de la clase media, que ven ante sus ojos como sus ilusiones de un trabajo para toda la vida como el de sus padres, un piso, un coche o las vacaciones en el Caribe no van a estar a su alcance. De golpe, el sueño de la clase media desaparece y se convierte en una pesadilla. No existe un futuro mejor, sólo un presente de frustración y fracaso.

Las manifestaciones son una pataleta de niños malcriados a los que sus padres ya no les dan la paga, pero tienen razón. Les han robado el futuro. Nos han robado el futuro.

Durante la guerra fría, como método de defensa frente al comunismo de la URSS y sus estados satélites, Europa Occidental fundó el Estado del Bienestar, que hace creer a todo el mundo que son de clase media, que ya no son obreros. Con la caída del muro de Berlín esta necesidad desaparece, y las políticas neoliberales de Thatcher y Reagan se imponen en todo el mundo. Poco a poco, la clase media se va deshaciendo por su base y reaparecen los obreros. Sí los obreros, aquellos de los que había hablado Marx en el siglo XIX, pero ellos aún no lo quieren aceptar.

Durante medio siglo, los que anteriormente habían sido obreros, pasaron a ser clase media, a disfrutar de algunos de los lujos de los que disfrutaban los amos del capital y sus hijos, y ahora sus nietos y bisnietos hemos perdido nuestra conciencia de clase. Ya no había que luchar por los derechos laborales, por reducir las extenuantes jornadas laborales, ni por mejorar los salarios. El Estado lo hacía todo. Esos tiempos se han acabado. El sueño de la clase media ya no existe.

Aunque aún hay muchos que prefieren seguir dormidos, votando al PP, pensando que con ellos va a volver el crédito barato y la vida a ser como hace un lustro, pero es un error, un grave error que nos puede costar más de lo podamos llegar a imaginar. Las políticas neoliberales es lo que nos ha llevado a la crisis, la bajada de impuestos a los ricos, la individualización de la sociedad, el creernos mejores y más listos que los demás, el egoismo, el no pensar en el medio y largo plazo. El PP trae más de lo mismo, recortes y más recortes, con la promesa de que serán temporales, pero es mentira. Lo que se pierda ahora costará décadas recuperar.

La clase obrera tiene que despertar, volver a unirse y a luchar por lo que legítimamente le pertenece, por su felicidad y por el fin del neoliberalismo, que no deja de ser el mismo capitalismo salvaje del siglo XIX. El neoliberalismo sólo permite la acumulación capistalista en manos de unos pocos, es egoista, avaricioso y dañino para el conjunto de la especie humana. Debe ser erradicado. Hay que recuperar la cociencia de clase y pelear.



No hay comentarios:

Publicar un comentario